Panorama político: las casas ¿en orden?

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Fernando Abdo

 

No es momento de hablar de candidaturas, ahora lo importante es trabajar para la gente”.

Esta máxima antiquísima podrían hoy repetirla los referentes locales de cualquier fuerza política para eludir hablar de lo que en realidad desvela a todos: quiénes serán los candidatos a concejales en las elecciones de este año. Los casi setenta días que nos separan del cierre de las listas (será el 20 de junio) pueden parecer una eternidad, pero la realidad es que pasan volando y nadie quiere dormirse para terminar siendo cartera. A continuación, un repaso por el estatus quo de las principales fuerzas políticas locales.

 

Grieta o no grieta

El objetivo principal del oficialismo local es ganar. Más allá de la distribución de las bancas en el HCD (incluso ganando, el FPV podría perder un escaño) es casi un hecho que Gustavo Arrieta volverá a asumir formalmente en el Municipio a fin de año, y querrá hacerlo tras convalidar su liderazgo en una suerte de plebiscito de medio término.

¿Por qué el oficialismo puede ganar perdiendo? Básicamente porque si –como hasta ahora auguran las encuestas- se da en la Provincia una elección de tercios (con el peronismo, el massismo y el macrismo dividiendo votos sin que nadie saque demasiada ventaja, y ello se replica en Cañuelas sin demasiados cambios) las 9 bancas podrían repartirse en formas idéntica entre las tres principales fuerzas políticas. Aún ganando, el FPV puede perder un concejal, ya que pone en juego 4 lugares.

Quién será el principal candidato del peronismo es una verdadera incógnita, aunque en los últimos años la lapicera siempre estuvo en manos de Arrieta y Fassi. No son pocos los que por lo bajo se quejan de la arbitrariedad del método, pero la experiencia indica que terminan resignándose al juego. La excepción: Rodrigo Ruete que ya ha postulado en público a su delfín Alejandro Cid Menna para ocupar una banca. Difícil que Arrieta lo incluya, y deberá ganarse el lugar en una interna, con la particularidad que el peronismo integra las listas “3 y 1” por lo que si no gana –y alcanza la minoría- Cid Menna quedaría cuarto, algo que no le garantiza la llave para entrar al salón Manuel Belgrano. Habrá que esperar a ver si le alcanza la nafta.

Como pocas veces, Arrieta y Fassi parecen esta vez estar jugando políticas diferentes. Mientras q el diputado ha logrado un rol cada vez más importante en el concierto siempre áspero del peronismo provincial (fue protagonista de los encuentros de San Vicente y Mar del Plata, con discursos muy críticos hacia Cambiemos), la intendenta en cambio se ha mostrado muy conciliadora con la oposición local y sobre todo el gobierno provincial.

La excelente relación de Fassi con Cristian Ritondo y los elogios a la gobernadora María Eugenia Vidal (a quien le agradeció las obras que la Provincia ejecuta en Cañuelas y a quien ponderó recientemente en una importante nota en la revista Gente) han desconcertado a propios y extraños.

En Cambiemos local molesta –aunque nadie lo haga público- que los funcionarios de Vidal visiten a Fassi, sonrían y hablen de “logros conjuntos” (como ocurrió por ejemplo con el acuerdo para la finalización del barrio Morgante) y no disimulan que se sentirían más cómodos con un mayor protagonismo de sus dirigentes locales en las visitas oficiales.

En el kirchnerismo de paladar negro tampoco cae nada bien el feeling de Marisa con Vidal, y su estilo de no confrontación directa con la oposición local (rol que ocupa sin problemas Arrieta). Pero hay un dato insoslayable: el perfil de Fassi ha crecido considerablemente puertas afuera de Cañuelas, y su exposición en medios provinciales y hasta nacionales es permanente. ¿Tendrá ello algún correlato a la hora del armado de las listas?

La gestión ha logrado equilibrarse en dos temas sensibles: Seguridad y Salud. Fue un acierto la decisión de Fassi de nombrar en el hospital a Federico Pequeño (un potencial político nada despreciable a futuro) quien le sumó prolijidad al manejo del Marzetti, que dejó de ser una usina de conflictos. Las estadísticas delictivas también bajaron y más allá de casos puntuales –que siempre hay- hoy la Seguridad no parece ser una bomba de tiempo como hace un año atrás, en medio de la crisis de las entraderas. Vale mencionar ahí el trabajo del Foro de Seguridad, integrado por concejales opositores como Carlos Álvarez y Leonel Vázquez, que en silencio han colaborado y seguido de cerca la gestión de las fuerzas de seguridad locales.

El talón de Aquiles, no obstante, son los servicios. Aunque traten de disimularlo, la relación de Arrieta con Daniel Suárez –el mandamás del gremio Fesimubo y para muchos quien de verdad decide en el área de Servicios- se ha deteriorado seriamente. Tras una diferencia más de tipo personal que política, en el 2015 (luego de decir que Arrieta había sido “el mejor intendente de la historia”) Suárez terminó jugando en forma solapada para Cid Menna en la interna del FPV, algo que difícilmente le sea perdonado.

Ahora, radicalizado, insiste en conseguir un lugar “para un trabajador” en la lista del FPV, y ha sugerido públicamente que su candidato podría ser Guido Peralta, referente de Gabriel Mariotto, junto con La Cámpora el ala más cristinista del kirchnerismo.

Suárez incluso movilizó la semana pasada a sus muchachos a la sede de ATE, para manifestarse contra la decisión de Fassi (junto con ese gremio) de elevar al HCD el Convenio Colectivo de Trabajo. Algo difícil de entender: para Fesimubo, el Concejo Deliberante no debería intervenir en el tema, y acusaron a ATE de traicionar a los municipales por avalar dicho envío. Pero la realidad es que el Decreto 784/16 firmado por la gobernadora Vidal reglamentando la Ley N° 14656, dice expresamente que una vez registrado en el Ministerio de Trabajo, el Convenio sólo tendrá vigencia al ser refrendado por el Concejo. De no ser así (como quiere Suárez) no tendría valor legal.

Es difícil predecir si hay un error o una decisión deliberada de Suárez de embarrar la cancha, justo antes de que comiencen las discusiones paritarias con el Ejecutivo Municipal.

 

Rebelión en la granja

En el massismo, el horno tampoco está para bollos. Y el problema no es que Massa venga alicaído en las encuestas (hoy lo colocan tercero) sino la guerra de egos interna. Si bien se especulaba con que Rasquetti –desde hace años considerada la líder indiscutida del espacio- iba a encabezar la lista, al parecer la ex senadora bregaba por la renovación de la banca para su esposo, Gustavo Casamayouret, de perfil deslucido en el HCD.

Leonel Vázquez y Ayelén Rasquetti no avalarían esa postura, y en su entorno creen que responde más a un cálculo de economía doméstica que a una apuesta política. Vázquez pretende que el candidato principal sea Horacio Endara, actualmente consejero escolar, y Ayelén aspira a quedarse con el liderazgo de “La Renovadora”, espacio de la juventud massista en el que Cristina pretende instalar a su propia hija, Agustina Casamayuoret.

El Frente Renovador ha sido esencial en su acuerdo de gobernabilidad con Arrieta y Fassi para que el Ejecutivo lograra la aprobación prácticamente sin sobresaltos de todo lo que envió al Concejo Deliberante. Algunos creen que esta suerte de rebelión interna puede ocasionar daños en el manejo del HCD, pero parece difícil. Si Massa no se cae, y el FR logra retener el caudal de votos del tigrense, podría sumar tres bancas y finalizar el año con un bloque nada despreciable de 5 concejales.

 

¿Cambiamos o no?

Cambiemos también quiere ganar, para posicionarse como alternativa a conducir el Municipio en el 2019, pero enfrenta el mismo problema que el FPV. Aún si lograra ganar, puede perder. El bloque dejará cuatro bancas a fines del 2017: se irán los concejales Horacio Cabrera (UCR), Carlos Álvarez (GEN), Carolina Torrilla y Hernán Muerza (Espacio Abierto). Sin embargo, un escenario de tercios como el que se vislumbra, probablemente implique la pérdida para el sector de un concejal, aún si lograra ganar los comicios por poca diferencia.

Los referentes del espacio pretenden cerrar cuanto antes un acuerdo para evitar la llegada de “paracaidistas” atados del piolín de algún referente provincial. Hoy hay excelente sintonía entre los Santiago Mac Goey (PRO) y Leonardo Iturmendi (UCR) y de ese acuerdo saldría la base de la lista.

Es casi un hecho que por el radicalismo el candidato será el actual presidente del partido, Ignacio Duhalde; y en el PRO estarían buscando alguna joven profesional. Entre estos estarían el “uno” y el “dos” de una posible lista de unidad.

El problema viene después. Porque el GEN quiere un lugar, para que renueve Carlos Álvarez, o para que vuelva al ruedo Tita Recalt. Ninguno de los dos quiere saber nada con el acuerdo Stolbizer – Massa y prefieren integrar Cambiemos a nivel local. Pero también quiere protagonismo Espacio Abierto, con Torrilla o Muerza. Uno de los dos, indefectiblemente, tendrá que dejar la banca. O los dos, porque como se ha dicho, el cuarto lugar no asegura nada.

Mac Goey e Iturmendi preferirían a Álvarez en el tercer puesto, pero dentro del radicalismo, Tito Pérez es uno de los que hace fuerza para que la oportunidad la tenga Torrilla. Difícil predecir cómo se resuelve el tema.

Setenta días parece mucho, pero los que conocen el paño de la rosca, saben que pasan volando.