Willy Quiroga Project hará rugir las calles cañuelenses.

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Al ruido de motores de autos y motos, la agrupación liderada por el legendario fundador de Vox Dei dará un show inolvidable en el Cine Teatro Cañuelas.

Un rugido de proporciones bíblicas estremecerá a Cañuelas este 23 de diciembre a las 19 de la mano de Willy Quiroga Project, la agrupación del legendario bajista y fundador de Vox Dei, una de las bandas pioneras del rock argentino. El artista brindará un show tras la presentación de su nuevo videoclip “Rugido de Cien Mil Dragones” en el Cine Teatro Cañuelas, el cual fue grabado en la ciudad; además, contará con la convocatoria de autos clásicos y agrupaciones de motos que participaron de la grabación.

Willy Quiroga Project está formado por el bajista epónimo, activo en la música hace más de 60 años, quien además entona con su voz tanto sus canciones clásicas (por ejemplo, de Vox Dei y Destroyer) como nuevas, y está acompañado por Maximiliano Vaccaro en teclados, Raúl Gutta en batería y el cañuelense Jonathan Burgos en guitarra y coros. Burgos también fue el productor del video “Rugido de Cien Mil Dragones”, dirigido por Daniel de Vita, del cual participaron Gustavo “Chizzo” Nápoli, icónico líder de La Renga, y Claudio “Tano” Marciello, ex guitarrista de Almafuerte y una estampa del heavy metal de nuestro país.

“La idea es hacer un cierre de año y poder festejar con la gente que participo en el video, luego de la dulce espera, poder brindarle un show a la gente en forma de agradecimiento”, explicó Jonathan, pieza instrumental del encuentro entre Cañuelas y Quiroga. Burgos terminó produciendo el videoclip “casi sin pensarlo”, y su director, Daniel de Vita, se sintió inspirado por la energía de rock and roll de la canción, encarnada en el video por las agrupaciones de motos y autos, una de ellas liderada por Chizzo.

Willy Quiroga Project se caracteriza por dedicarse plenamente a canciones compuestas exclusivamente por Willy, y tras más de medio siglo de trayectoria, se encuentra más activo que nunca.  Para Jonathan, la importancia del videoclip yace en demostrar quién es Willy para todas las generaciones que escucharon su música, y hacer ver “la semilla que el plantó dentro de la música en Argentina”. “Rugido de Cien Mil Dragones” es un himno de resiliencia, y las imágenes que lo acompañan lo demuestran.

De izquierda a derecha: Maximiliano Vaccaro (teclados), Willy Quiroga (bajo y voz), Raúl Gutta (batería) y Jonathan Burgos (guitarra y coros). Ph: lu.pescetti.ph.

 

Sigue siempre hacia adelante, sin mirar atrás

El encuentro entre Willy y el guitarrista cañuelense se empezó a gestar cuando Burgos participó de los Torneos Bonaerenses cuando Quiroga era jurado y le dio un consejo a los participantes que quedo grabado en su mente: “competir es absurdo, lo importante es no rendirse”. A una década de ese cruce, Jonathan le envió un mail a Willy mostrándole videos propios demostrándole lo que había logrado y agradeciéndole por sus palabras.

Entre risas, Jonathan recordó cómo lo contactó Willy: “Resulta que me llamó y me dijo, ‘quiero hacer una banda con vos’. De hecho, pensé que era una joda telefónica de mi amigo Chocola, y le dije ‘anda a cagar, Choco…’, pero sí, ¡era él! Le dije ‘discúlpame Willy, ¡no me imaginé que me ibas a llamar!’”. Para Jonathan, ser de Cañuelas le da mucho orgullo, y aseguró que siempre cuenta de donde es. “Acá hay mucha gente que es realmente muy buena y se destaca en la cultura, pero yo tuve la suerte que no tienen muchos de poder pisar con estos titanes del rock, y como cañuelense es una alegría poder venir acá con mi proyecto y disfrutarlo en mi pueblo”.

El costo de la entrada es de $2500 a modo colaborativo para cubrir los gastos del evento, y el mismo comenzará con el desfile y exposición de autos y motos, muchos de los cuales participaron del video y otros participantes, y su recorrido culminará en las puertas del Cine Teatro Cañuelas. El show está anunciado a las 19, se expondrá el video y Willy Quiroga Project dará un recital que promete ser una experiencia inolvidable para el público cañuelense.

Por Camila Corrales