Un voraz incendio desnuda cierto cinismo mediático.
Por Raúl Ernesto Valobra www.contracarainformativa.com.ar
Es terrible, tremendo el dolor de escribir sobre cinco integrantes de una familia, muertos por un incendio voraz y trágico que se devoró la vida de todos ellos con su lengua de fuego en medio de una noche helada.
Nada que se pueda agregar, solo quiero opinar de cuestiones laterales que hacen al exhaustivo tratamiento periodístico de Canal 13 y todo el mafioso Grupo Clarín, llama la atención la premura, la insistencia, la pormenorización absurda de un relato que en ciertos momentos roza con lo ridículo por la mezcolanza de temas que aplican para poder darle continuidad a tan lamentable noticia.
Me resisto a creer que para algunos, sean periodistas, gerentes de noticias, CEOs, la muerte importa si se vive en determinados lugares, si se tiene determinada religión, si es de determinado estrato social
Y por qué tanto detalle con esta familia de Recoleta, judíos practicantes, vinculados a la comunidad judía del país; por qué el acompañamiento riguroso y hasta excesivo en algunos momentos por parte de la prensa del templo del mal siendo que tragedias de similares magnitudes se sufren con mayor frecuencia de la que uno quisiera que pase y no tienen ese interés periodístico tan devocional.
Si bien es cierto que en la mayoría de los casos en los que se trata de siniestros de estas características responden normalmente a patrones de pobrezas con sistemas de calefacción precarios que en un desgraciado momento son promotores del estrago que pregonan la muerte, con el mismo dolor que hoy sentimos todos por los cincos integrantes de esta familia, aunque sin las cámaras que retraten postales de una pobreza que muchas veces prefieren ocultar.
Me resisto a creer que para algunos, sean periodistas, gerentes de noticias, CEOs, la muerte importa si se vive en determinados lugares, si se tiene determinada religión, si es de determinado estrato social; pero cuando reúne todas esas condiciones, entonces se busca empujar desde esa lógica para darle al suceso un carácter noticiable que lo torne ineludible, desde el que cada uno crea o sienta que un ser humano puede valer más que otros, de acuerdo a sus consideraciones.
Yo, confieso que no consumo la mierda pestilente de estos canales, sucede que hoy me invitó mi madre a comer un riquísimo guiso de lentejas y por eso asistí a esto que les comento, apenas una reflexión que me parece oportuno compartir ya que me resulta detestable como, muchas veces, ocultan las tragedias que acontecen en CABA cuando están ligadas a la pobreza y que denuncian el abandono y la desidia del gobierno de la Ciudad.
Por cierto, hoy Rodríguez Larreta pasó por el escenario de la tragedia para felicitar a los cuerpos de bomberos que actuaron en el rescate del resto del edificio y al equipo de salud de emergentología, tomen nota, recuerden si volverá a dar la cara cuando una necesidad o una tragedia sacuda a su territorio y las cámaras estén apagadas.