Nuestros artistas / Entrevista a Vanesa Viola: La mujer dorada.
Por Martín Aleandro
Cientos de jóvenes y familias eligen a Cañuelas como lugar donde vivir y venir a desarrollar su arte. Nuestra sociedad se fue formando y enriqueciendo con esa mixtura demográfica. El caso de Vanesa Kun Viola es muy particular porque está lleno de amor y de música.
LA LLEGADA
Cañuelas apareció en mi vida mágicamente. Nací en Chivilcoy pero en ese entonces estaba viviendo en Capital, cursando una materia de la carrera de etnomusicología. Ahí conocí a una chica de Cañuelas que se llama Micaela Sierra, en su momento tenía “la Bohemia”, un lugar donde se daban talleres de piano, y otros instrumentos. Me invitó a formar parte de ese proyecto y me vine de apoco. Cañuelas me gustó, y la verdad, lo que más me atrajo en ese momento es la cercanía con Capital. Me establecí en el 2014, en febrero, al tiempo una de mis alumnas de canto me dice que se abría un Instituto Cultural, inmediatamente me conecté a través de mi amigo local “Chechi” Valdés. Hablé con Esteban Sarlenga que en aquel momento era Sub Secretario de Cultura, y me dice que se necesitaba una profesora de piano con título. Mi alegría parecía no tener espacio en mi cuerpo, ese día el sol brillaba y salí de la reunión casi corriendo, con ganas de bailar y cantar por las calles de Cañuelas. Y bueno, la vida misma, entré a dar taller de piano para niños en el Instituto Cultural que se inauguró el 9 de julio del 2014. A poco tiempo de mi llegada a esta ciudad maravillosa trabajaba en un Jardín de infantes, con alumnos particulares y en el ICC. Con el tiempo vendría el amor y la familia de amigos. Cañuelas: tierra de oportunidades.
LAS SIESTAS DE CAÑUELAS
Mi inserción en el pueblo fue linda, despacio, yo siempre digo que uno para ir queriéndose y acomodándose tiene que ir siempre despacio con los vínculos y la inserción en una sociedad. Siempre tienen sus propios códigos, sus propios horarios, sus propias maneras. Voy a ser sincera y voy a decir una pavada, pero lo que más me costó fue el horario de la siesta. Si bien yo vengo de Chivilcoy, que es como Cañuelas, pero el horario era distinto. Y después me fui a Carmen de Areco, que es más chiquito, pero no sé, siempre había algún negocio abierto. Acá a la hora de la siesta se detiene el mundo. Bueno, igual ahora Cañuelas ha cambiado un montón, hay negocios por todos lados, del 2014 a este 2023, en estos casi 10 años la ciudad cambió un montón.
Yo venía de Capital y me había acostumbrado a lo que digo, a los horarios, a la movida de la noche, a mí me gusta mucho el ambiente de Peñas y de a poco fui conociendo las Peñas locales y me enamoré e hice amigos y amigas. Cañuelas está teniendo un montón de movidas últimamente, si no es de folclore, es de tango, si no es de tango, ahora con el teatro abierto, música clásica o rock… La verdad una movida artístico-musical enorme. Así que bueno, vuelvo a decir, fue lenta la inserción pero siempre me sentí muy contenida.
DE LA MUSICA CLASICA AL FOLCLORE
Del clásico al folclore fue todo un paso. Yo, vuelvo a decir, me crié en el Conservatorio de Música desde los ocho años, muy chiquita, todo música clásica. Y en mi casa, mis padres muy fanáticos del tango, sin embargo, también escuchaban a Larralde y a Guaraní. Y siempre estuvo esa música dando vuelta en mi guitarra. Lo que dice el folclore, las letras me apasionan, se habla mucho del pueblo, se habla mucho de algunos dolores y diferencias sociales y bueno, los laburantes siempre hemos sido bastantes golpeados en la historia de todos los pueblos, no solamente Argentina.
Más luego, al ingresar a la carrera de Educación Musical en Capital, en el López Huchardo, que después fue el IUNA, tuve docentes de didáctica muy, muy capos, en donde lo primero que hablaban era de conocer el folclore, saberlo, internalizarlo, para poderlo transmitir como lo que es la sabiduría del pueblo, de esta mixtura étnica que somos los latinoamericanos. Y bueno, me abrieron las puertas al folclore esos profesores, a quienes llevo en el corazón como un rayito de sol.
He viajado poquito, pero he tratado de ir a esos lugares emblemáticos en Santiago del Estero, o Jujuy, esos lugarcitos que son mágicos, sentir los olores, sus colores… ver su gente, hablar con ellos. No te hace folclorista, no me hace folclorista de hecho, pero sí te ayuda mucho a la elección, porque la verdad, no elegí el folclore, me atrapó, fue inevitable. Entonces, nada, el tránsito del folclore al clásico fue un enriquecimiento mutuo y a la vez una elección de decir, bueno, está todo bien con el clásico, me abrió muchas puertas, pero la tierra que piso, el aire que respiro pide Zamba y Chacarera.
AIRE FRESQUITO
La escena local, qué decirte, va creciendo desde el pie, como dice la canción de Zitarrosa. Yo estoy trabajando en el Instituto Cultural y se abren escenarios todo el tiempo para el folclore, para la danza, para todo tipo de arte. Pero bueno, lo mío es la música y no hace mucho tiempo con dos amigas, Silvia Gauna y Analía Aguirre, armamos el grupo folclórico Aire Fresquito. Es muy especial porque surge en plena pandemia, los primeros ensayos fueron virtuales, las caras en la pantalla y silenciando el micrófono para escuchar la idea musical de la compañera. Luego de a poco nos fuimos juntando y con el tiempo volvimos a la normalidad y a crecer musicalmente.
A medida que se fueron abriendo los espacios al aire libre para poder realizar espectáculos comenzamos a organizar shows donde la participación femenina era relevante. La idea era hacer encuentro de mujeres y brindar esa posibilidad de expresarse como protagonistas, como movimiento feminista. Apoyo desde mi humilde lugar la lucha de las mujeres, las respeto y abrazo porque también gozo de todos los logros que se fueron dando con el tiempo. La mujer en el folclore nos resulta imprescindible y ese es el espacio que buscamos ganar.
Cañuelas ha sido un lugar donde desarrollar mi arte, donde me he podido desarrollar como mujer artista. Mi formación siempre la sigo buscando en Capital porque estoy siempre buscando niveles más exigentes. Cañuelas: Tierra de oportunidades, vuelvo a decir y lo vuelvo a recalcar, desde que llegué acá se fueron dando oportunidades tras oportunidades, como siempre uno tiene que saberlas tomar y trabajarlas y hacerles honor.