Un vecino de Cañuelas, entre los ganadores de un concurso de la NASA
Junto a otro emprendedor, el contador e innovador Charly Karamanian participó del desafío “Space Poop Challenge” de la NASA; el concurso de innovación abierta con mayor número de inscriptos de la historia.
La dupla de argentinos compuesta por Alejandro Bollana y Charly Karamanian -este último vecino de Cañuelas desde hace alrededor de cuatro años- resultó ganadora entre más de 5 mil competidores de un concurso de ideas para resolver el problema de cómo los astronautas pueden hacer sus necesidades durante 6 días dentro de un traje presurizado de manera segura.
La siguiente generación de cosmonautas emprenderá viajes de muy larga duración, como los proyectados a Marte, por lo que los trajes espaciales en caso de emergencia deberán estar preparados para proveer aire, agua, protección y suficientes nutrientes por hasta seis días, según estiman los expertos. Pero la NASA no sabe aún cómo gestionar los residuos corporales por periodos prolongados, incluyendo orina, heces y menstruación.
Los pañales, que parecen ser la opción más obvia, no son una solución permanente: luego de algunas horas, los desechos fisiológicos pueden provocar infecciones e irritación. Además, producto de la microgravedad, los fluidos pueden moverse alrededor del traje y ensuciar otras partes del cuerpo.
Hasta el momento, los especialistas de la agencia espacial no llegaron a una solución y por eso decidieron pedir ayuda al público en general con este extraño desafío. Las tres mejores ideas serán probadas e implementadas en los próximos tres años.
Se presentaron más de 5.000 propuestas de todo el mundo a través de la página oficial de HeroX. El equipo argentino fue uno de los 21 semifinalistas y ganadores seleccionados por la NASA.
Karamanian, de 40 años, es director de innovación sustentable en Red Innova, consultor de negocios con impacto positivo, sustentabilidad e innovación tanto del sector público como privado, orador TEDx y vive junto a su familia en Cañuelas, en una de las casas más ecológicas de Latinoamérica.
La “Casa G” –donde vive- se encuentra en el barrio cerrado “Las Cañuelas Club de Campo”, sobre la ruta 3. Se trata de una vivienda ecológica, diseñada con técnicas y materiales tradicionales pero que incorpora materiales y tecnología de avanzada que permiten lograr un confort técnico óptimo, consumiendo el 50 por ciento de energía que requiere una casa estándar.
El proyecto: Remora Human Waste System (Inspired by Nature)
La principal innovación de la propuesta ganadora está centrada en la ergonomía; es decir, la interface o punto de contacto entre el cuerpo humano y el sistema sanitario. El diseño del sistema se basó en la “Biomimética”. Aprovechando el mejor laboratorio de I+D (Investigación y Desarrollo) jamás creado, la naturaleza, con 3.8 millones de años de experiencia. Charly y Alejandro se inspiraron en el sistema de succión de la rémora y la lamprea (similar a una anguila). También en la elasticidad, movimiento y capacidad de deglución de la anaconda. De ese modo crearon una solución cómoda, limpia, saludable y sin olor, para procesar todo tipo de excreciones humanas.
Funcionamiento
El sistema fue pensado para que su uso fuese tan simple de usar como el limpia parabrisas de un auto. En el espacio los fluidos tienden a agruparse en esferas y pueden ser trasladados con una ligera corriente de aire. Antes de orinar o defecar, el astronauta presiona el botón correspondiente (1.orina 2.heces) para activar la funcionalidad de succión del tubo remora correspondiente, evitando derrames, olores y llevando las excreciones lejos del cuerpo, hacia el módulo procesador de residuos. Una vez que termina, presiona el mismo botón más fuerte para activar el sistema de lavado denominado “saniflush”. Luego de completar el lavado, suelta el botón y el flujo de aire continua por unos segundos más para completar el secado del área.
La orina y/o menstruación junto al fluido saniflush utilizado, es almacenado en un contenedor de solo un litro, el cual es lentamente transformado en vapor y liberado para ser procesado por el sistema de reciclado de agua de la nave. De otro modo el astronauta debería trasportar los 6 litros consigo. En caso de pérdida de presión de la nave o estar varados en el espacio, se pensó en un sistema de almacenamiento de orina ubicado alrededor de las pantorrillas que emula el movimiento de la anaconda subiendo por la pierna.