Falleció Luis Balbo
Fue un reconocido tradicionalista, decidor criollo, actor y conductor radial. Perdió la vida esta mañana en el Hospital Marzetti tras sufrir un infarto.
A la edad de 58 años, falleció esta mañana el reconocido vecino y referente del tradicionalismo Luis Balbo. Sus restos serán velados en Servicios Cañuelas desde las 15 horas.
Si nació en la ciudad de Buenos Aires, llegó a Cañuelas antes de cumplir el año de vida, cuando sus padres vinieron desde la localidad de Rojas a radicarse aquí. Decidor criollo, hacedor de versos, actor vocacional, animador, productor y conductor de radio, todo un referente de la cultura y el tradicionalismo.
Descubrió su vocación artística desde chico, gracias a un hermano de su padre que era folclorista. “Entonces yo me iba a dormir a la pieza del tío porque me gustaba escuchar temprano a los payadores y a la tardecita a Miguel Franco. Creo que desde ahí fui viviendo todo lo lindo del folclore”, contó el propio Balbo en una entrevista realizada años atrás.
En 1973, a los 15 años comenzó a trabar en la estancia “La Primavera”, donde permaneció por casi 14 años. El contacto con el campo lo acercó todavía más al tradicionalismo.
“Escribí muy poco. En realidad los elaboro en la mente y luego los archivo en la memoria. Con mi suegro, mientras hacíamos el tambo íbamos contándonos situaciones que sucedían en la estancia, en el tambo, y a través del verso elaborábamos unas décimas de lo que le había sucedido a fulano: ponele que le corcoveó el caballo a tal paisano y hacíamos la historia en verso. A la sombra de don Isidoro me hice al verso criollo. Uno de los primeros se lo hice a mi papá”, contaba el propio Luis sobre sus conocidas décimas.
Formó parte del Centro Tradicionalista El Potro, y en sus peñas comenzó a decir sus versos. Luego fue invitado a hacerlo en las reconocidas jineteadas de “Las Rosas”, organizadas por Ronaldo Urrutti.
Luis también incursionó en el teatro, de la Mano de Zully Moreno. Participó de la recordada puesta de “Juan Moreira”, y volvió a las tablas tiempo después.
Recorrió escenarios de toda la provincia de Buenos Aires, muchas veces acompañado de Carlos Gallardo. Y además, por casi 20 años produjo y condujo el programa “Convivencias” que pasó por la mayoría de las radios locales.
“Alambre de fardo”, es quizá su verso más reconocido, interpretado por muchos folcloristas en todo el País.
“Lo mejor de todo es el cariño que encuentro en el público. Se dice que uno no es profeta en su tierra, y salvando las distancias, tengo la suerte de que en cada lugar que estoy o soy parte, siempre encuentro un cariño impresionante de la gente”, decía Balbo sobre el reconocimiento que tenía en Cañuelas.
https://www.youtube.com/watch?v=uR_IZwyztkM
Alambre e´ fardo
Alambre e´ fardo que fuiste
el tornillo chacarero
dentraste en cualquier aujero
y siempre a mano estuviste.
Por la huella te perdiste
como se fue la arpillera
te tapó la polvareda
que echó el progreso a su paso
y hoy no se halla ni un pedazo
pa´ una atadura cualquiera.
El naylon te ha superao
hoy ya no usa el alambre
si hasta parece un matambre
todito el pasto arrollao.
Ya no se te ve colgao
en el gancho de un galpón.
Salvaste la situación
aliviando algunas penas
y pa´ unir a dos cadenas
te pusieron de eslabón.
juiste tiento en el apero
de una costura apurada
y ataste la empalizada
pa´l zarzo del gallinero,
también te usaba el pueblero
para más de una labor
y te derritió el calor
si me acuerdo ¡la gran siete!
la lengua de aquel soplete
en manos del soldador.
A veces te colocaron
como manija pa´un carro
pa´emergencias te llevaron.
Los niños te utilizaron
de “arito” pa´hacer burbuja;
el linye te usó de auja
costuriando la alpargata
y en otras te hicieron plata
cuando cayó algún piruja.
En el perno e´la volqueta
al cáirse la titular
vos la fuiste a reemplazar
ya convertido en chaveta.
Fuiste suncho que asujeta
en esas jaulas quinteras
y también de abrazadera
te supieron colocar
cuando hubo que prolongar
los metros de una manguera.
Tan sólo quise nombrar
de este alambre algunos usos,
quizás parezca inconcluso,
mucho me faltó apuntar
y al volverlo a recordar
se me alegró el lao izquierdo.
Y como nunca fui lerdo
una hebra supe guardar
y hoy la voy a utilizar
pa´ colgar estos recuerdos.
Luis Balbo