Falleció el Dr. Ricardo Mietta

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El reconocido abogado cañuelense murió en una clínica porteña como producto de una afección cardíaca. Militante de la UCR, integró el gobierno municipal en el retorno de la democracia. Amante de los jacarandá, fue quien plantó los ejemplares que hoy adornan gran parte del espacio público cañuelense.


Hijo de una familia de ferrocarrileros, Ricardo nació en Chivilcoy. Cursó sus estudios secundarios en Lincoln y luego se instaló en La Plata, donde estudió y se recibió de abogado.

En el año 1972 contrajo matrimonio con Vicky, su amor de toda la vida con quien tuvo dos hijos: Martín a fines de ese año (quien falleció trágicamente a principios de los ´80) y Sebastián en 1974, que siguió los pasos de su padre y trabajó hasta el día de hoy en el estudio jurídico.

En el año 1978 la familia se radicó en Cañuelas, y Ricardo transitó su vida laboral en el ámbito privado, junto a los hermanos Alvaro y Adolfo Gianitti en la empresa Grabya, y en su estudio particular.

Militante de la UCR (integró por años la Junta Electoral del partido), integró la función pública en el retorno de la democracia ocupando el rol de Asesor Letrado del Municipio durante la primera gestión de Jorge Domínguez.

De carácter afable, fue muy querido y respetado en la comunidad, y un referente indiscutido de su profesión, destacado por sus colegas.

«Desde el primer día Ricardo fue miembro de la Asociación; siempre fue muy solidario con todos los colegas, a mi me ayudó mucho cuando recién comenzaba. Quería enseñar, transmitir su saber y su experiencia, hizo una carrera muy extensa, a veces en esta profesión se pasan malos momentos y él siempre estuvo dispuesto a ayudarnos a todos«, relató a CañuelasYa la presidenta de la Asociación de Abogados de Cañuelas, Gisela Miraglia.

«Siempre fue muy solidario, incluso desde lo económico apoyó siempre a la Asociación, financiando por ejemplo la oficina que tenemos en el Municipio. Además quiero recordarlo como alguien siempre impecable, de traje, perfumado, afeitado, impecable en todo sentido. Siempre decía que nunca se iba a jubilar, pudiendo hacerlo, nunca quiso dejar de pagar sus aportes porque sabía que de esa forma era solidario con otros colegas» -contó Miraglia, aún conmocionada por la noticia- «era un caballero, un hombre que te abría la puerta, algo que nadie hace ya«.

«Ricardo estaba presente en cada cena y encuentro de abogados, y siempre pagaba de más. Estoy muy triste por esta noticia, lo quería muchísimo. Una anécdota que no me voy a olvidar; por sus problemas de colesterol lo mandaban a caminar y no le gustaba, entonces venía a mis clases de danzas brasileras, se paraba atrás de todo y bailaba, hacía lo que podía, siempre fue un hombre muy divertido«, contó Gisela.


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Ricardo Mietta junto a Gisela Miraglia, la presidenta de la Asociación de Abogados.

Además del recuerdo por su trayectoria, el Dr. Mietta es responsable por dejar su marca en el espacio público cañuelense: amante de los jacarandá, a principios de los ´80 se dedicó a regalar decenas de ejemplares que hoy adornan con su típico color violáceo varias calles de Cañuelas, como una marca imborrable.

Los restos del Dr. Ricardo Mietta serán velados en Servicios Cañuelas (Rivadavia 217).


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Una cena con sus colegas, en el año 2018.