El museo de «novedades» de Javier Milei.
El candidato presidencial de La Libertad Avanza, el diputado Javier Milei, viene presentando hace un tiempo propuestas de corte anarco capitalista o libertario tales como la posibilidad de la venta de órganos o de niños, lo que generó gran escándalo en nuestra sociedad argentina. Lejos de ser propuestas originales, son parte del ideario del teórico estadounidense Murray Rothbard. Rothbard sostenía, por ejemplo, la inexistencia de derechos del niño: siendo menores de edad sus padres podrían ejercer la propiedad sobre ellos de todos los modos posibles, incluso torturarlos.
Por: Mariano Echenique.
Milei propone el fin de la obligatoriedad escolar. Su primer impulsor fue Luis Zanotti, quien en 1974 escribió: “No puede demostrarse lógicamente que la obligatoriedad escolar establecida en la Ley 1420 sea constitucional… El art. 14 establece una serie de derechos y libertades que incluyen también sus opuestos… existen los derechos de no enseñar y de no aprender”.
La optatividad fue defendida nuevamente en 1985 por Alberto Benegas Lynch (hijo) cuando escribió: “Si afirmo que tengo derecho a la educación estoy haciendo referencia a seudoderechos, puesto que no resulta posible reconocer semejante ‘derecho’ sin lesionar derechos de otros”. Esta trasnochada visión ignora que para comprender los alcances de la decisión de no educarse… ¡hay que estar educado!
En el museo de grandes novedades de Milei se encuentra también el fin de la gratuidad educativa, bajo el pretexto de que “la educación siempre la paga alguien, o sea el contribuyente”. Así, el contribuyente que paga educación privada es presentado como víctima de un sistema en el que contribuye a una educación pública y gratuita que sus hijos no utilizan.
Nada más disparatado: los hijos y las hijas de quienes pagan Impuesto a las Ganancias tienen una importante participación porcentual entre quienes se gradúan en las universidades públicas y gratuitas, y eso es legítimo, en tanto la gratuidad universitaria permite también que, en menor pero creciente proporción, estudiantes de sectores sociales desaventajados se gradúen.
El arancelamiento de la educación inicial, primaria o secundaria, por otra parte, sería el fin del contrato social argentino, sellado en la Ley 1420 de 1884.
Milei propondría entonces no sólo terminar con 80 años de peronismo, que estableció la gratuidad universitaria en 1949, sino también con 140 años de liberalismo democrático, que nos puso entre los países más educados y avanzados de la región.
El economista impulsa la privatización educativa a través del subsidio a la demanda: en lugar de mantener a la totalidad de las escuelas públicas con el presupuesto estatal y subsidiar a una parte de las privadas de acuerdo a criterios objetivos de justicia social, teniendo en cuenta la función social que cumplen en su zona de influencia, el tipo de establecimiento, el proyecto educativo o propuesta experimental y el arancel que se establezca (art. 65 de Ley de Educación Nacional 26.206), propone dividir el presupuesto por la cantidad de alumnas/os y de allí emitir un “vale” de crédito educativo o voucher. Ese voucher permitiría elegir “racionalmente” a los padres las escuelas y ponerlas a competir entre ellas por atraer más alumnos/recursos.
Esta “novedad” fue impulsada por un sector del partido de Margaret Thatcher en el Reino Unido en 1979 y al poco tiempo se la desestimó, al oponerse a ella incluso muchos thatcheristas.
Es fácil de advertir que la competencia entre escuelas desiguales con vecindarios desiguales, a las que asisten hijos de familias desiguales, potencia la desigualdad y la fragmentación del sistema.
Chile adoptó bajo la dictadura de Augusto Pinochet en 1980 un sistema triple (estatal, privado y privado con unidades de subvención educacional móviles) a la par que aranceló la universidad. Ambas políticas fueron ejes de las revueltas estudiantiles de 2006 y del estallido sociopolítico callejero de 2019.
En definitiva el líder de La Libertad Avanza presenta novedades educativas de 1974, 1979 y 1980 que nos conducen a la Argentina previa a la obligatoriedad escolar, un retroceso de casi 140 años.
* Mariano Echenique es Doctor en Ciencias de la Educación (UNLP). Su último libro es 100 preguntas sobre la educación superior argentina (Homo Sapiens).