De la “foto” de Alberto a la “maestra militante”.
Por Raúl E. Valobra
Pasan los días y la desesperación de la oposición mediática no sabe de dónde agarrarse para poder revertir la tendencia de una derrota aplastante en las próximas elecciones, más allá de los nombres propios de los candidatos que apenas son más de lo mismo, las encuestas revelan una diferencia irremontable que desata la desesperación y recurren entonces a manotazos de ahogados como insistir con la lamentable foto de Alberto o la maestra militante pero ideas o propuestas: NADA.
Respecto a la foto, es sabido que ya hubo un tibio pedido de disculpas, que tal vez no conformó a algunos, sobre todo a aquellos que no lo votaron y que hasta exigían la renuncia del primer mandatario, en esa exageración de institucionalidad que luego se derrumba al ver que son los que toleraron todas las aberraciones con que Macri agredió constantemente los valores de la República, violando sus principios desde que puso sus pies en la Rosada, literalmente.
Ahora, si debemos hablar de la docente separada de su cargo, es oportuno decir, como alumno, que a lo largo de los años de estudio observé un sinfín de prácticas adoctrinadoras, desde la escuela primaria, siempre a favor de aquellos contenidos derechosos con las mentiras Sarmientinas y esa construcción de una ficción que oculte el verdadero mensaje encubierto desde el cual se atacaba al pobre, al negro, al paria, desde el discurso del poder que nos ofrecían como contenido pedagógico.
Las patrañas Mitristas ejercieron su efecto durante décadas, los maestros se reverenciaban para enseñar infamias ideadas desde una concepción política que obedecía a la derecha, así fue hasta que el revisionismo del siglo XXI se atrevió a discutir contenidos y se rebeló contra esa imposición atrofiante, fue ahí que descubrimos la decadencia de algunos próceres que renegaban de su argentinidad venerando a los países que durante siglos solo buscaron someternos.
Por eso, sostengo que adoctrinamiento existió siempre, en algunos casos un asqueroso adoctrinamiento capaz de ocultar los verdaderos motivos de la “campaña del desierto” o “la Guerra de la Triple Alianza, el derrocamiento de Yrigoyen, el bombardeo a la Plaza de Mayo, los fusilamientos de José León Suárez, el mecanismo de los golpes de Estado, el plan genocida de la última dictadura y los 30 mil desaparecidos, todo resultó ser una obscena y descarada estrategia política.
Recuerdo que en mi querida Escuela N° 11, un día ante un suceso de indisciplina, un tema que se resolvía con un simple reto, la maestra, de la que preservaré su nombre por respeto, me gritó furiosa: “sos igual que los terroristas”, pleno año 77, esta es la primera vez que lo puedo contar, vi el odio expresado en sus palabras, tardé años en interpretar su mensaje, como tardé años en entender que a decir verdad si hubiese tenido que elegir jamás sería parte de los asesinos vendepatrias.
Luego, en mi secundaria, vi tanto promilitar, tanto milico sin uniforme, tanto represor escolar que disfrutaba de ese esquema pedagógico irrefutable que no ofrecía la posibilidad de discusión ni de protesta, que bajaba con la violencia de un látigo, para meter un mensaje despiadado que buscaba ADOCTRINARNOS, por suerte algunos pudimos desarrollar el espíritu crítico al concurrir a las aulas universitarias que corrieron el velo de tanta hipocresía con estatuto de verdad.