Cuando la pandemia las encuentra y el folklore tiene sensibilidad femenina.

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Intérpretes y docentes del grupo ‘Aire fresquito’ se preparan para presentar lo propio y regresar a algún escenario mientras graban. Por un espacio más igualitario en el campo musical.
En un contexto de crisis económica y retroceso, además de una pandemia, la música folklórica encontró a tres mujeres que están haciendo su aporte.
Si bien no es fácil o directamente viable para los artistas cortar tickets y apostar a la producción de nuevos materiales en estos momentos, el año va dejando impreso en sus páginas un futuro disco que esperan sea de alto vuelo artístico. La ebullición creativa, dicen, aflora con las crisis.
En un plan de enfrentar este momento, ‘Aire fresquito’ se propone explorar el imaginario cultural y sonoro de la ciudad. Todas tienen una raíz folklórica que, con diversas propuestas, una edad de 40 años a 50, por una mayor presencia en los escenarios o ni que hablar en una batea de disquería, se encuentran y bucean en un repertorio con calidad musical y poética.
Vanesa Viola, guitarra y voz, profesora de piano e integrante del Ensamble de Música Popular del Instituto Cultural – Cañuelas; Silvia Gauna, voz guitarra y bombo; y Analía Aguirre, guitarra y voz.
Vanesa Viola nació en Chivilcoy, desde algo más de cinco años se instaló en Cañuelas, donde ejerce la docencia musical y participa del ensamble musical del Instituto Cultural Cañuelas, y contó a El Ciudadano: “Somos amigas desde siempre, siempre tocando, nunca tocando juntas, pero con muchos encuentros a través de las peñas. Durante el año pasado y cuando había una cierta apertura en pandemia dijimos de vernos, de saludarnos, en los patios. Así fue cada cual con su mate y la guitarra. Seguimos practicando y de forma puntual en algún evento al aire libre, como fue en una chacra de Monte y una peña, con el ‘Chango’ Rodríguez. En marzo de este año nos convocaron desde Cultura de Cañuelas para el Día de la Mujer y tocar en el Hospital de la Cuenca. Y muy de a poco, con cuidados, con las vacunas, nos fuimos viendo. Y tal como es el nombre ‘Aire fresquito’, había una necesidad de respirar, en una situación de pandemia, de dar alegría, frente a un momento tan especial”.
“Y mientras estábamos en esos pasos, tocando algo y con nuestros pequeños encuentros, nos planteamos –afirma Vanesa– de cómo hacernos llamar.  Tanto Analía y Silvia son reconocidas por su trayectoria de cantantes y guitarreras, haciendo cosas muy buenas”.
A pesar del contexto, Vanesa se encuentra entusiasmada con la formación de las chicas. “Estamos por un mayor protagonismo, sin plantearlo, buscando una relajación, de lograr un bálsamo en tanta tensión; entonces nos juntamos a tocar y grabar. Ellas ya participaron de eventos y escenarios, yo siempre dictando clase. Así que muy de a poco vamos por un disco”.
La integrante del trío comentó: “Falta aún, pero se trata de ir sacando algunos temas e ir repartiéndolos. Para estas grabaciones nos está ayudando ‘Keke’ López”.
“La onda es integrarnos, cada cual tiene su posición, pensamientos divergentes. Es necesario que en el escenario la mujer tenga respeto y oportunidad. En el folklore ha sido difícil. En mi caso llego con un camino allanado por cómo está considerado y planteado en el Instituto, de ser abiertos, de contar con mujeres y de respetarnos. Pero las chicas han pasado por algunas luchas, por situaciones pequeñas hasta brindarles climas fríos con el trato”.