Costa: “Sí el otro no te aplaude o no se ríe, ¿qué mierda estás haciendo?”
La humorista llegó al Cine Teatro Cañuelas con Costa Presidenta, y conversó sobre la revista music hall con un toque de sátira política con CañuelasYa.
La actriz, humorista y panelista Costa llegó a Cañuelas con Costa Presidenta, un music hall que satiriza la escena política, pero que primero y principalmente, invita al público cañuelense a reírse con ella en la noche del 8 de septiembre. La panelista de Corta por Lozano no está sola: la acompañan los talentos de Pablo Sultani, Mauro Francisco y Victoriano Pololla, quienes interpretan a los “malos” de la obra, a quienes Costa enfrentara con la ayuda de Mafalda y Alma Viva (Celeste Campos) y un ángel guardián enviado por Dios (Damián Bravo).
En el marco de la presentación de este musical, la carismática humorista se reunió con CañuelasYa para conversar sobre la obra dirigida por Roberto Peloni e invitar al público no solo a divertirse y reírse, sino también a disfrutar de lo que nos hace argentinos. Para ella, Costa Presidenta es un homenaje a Enrique Pinti, a quién considera prócer en la materia.
¿Cómo llegaste a la presidencia, es decir, cómo te llego esta propuesta teatral?
Yo tenía ganas de hablar de historia, pero me parecía difícil poder abordar ese lugar en el espectáculo después de lo que fue un cómico como Enrique Pinti. Entonces, nos dimos cuenta que era mejor hacer una ficción sobre cómo sería yo en una presidencia. La propuesta quedo divertida, pero igual al final hacemos un homenaje a Enrique, porque en eso fue el pionero.
¿Consideras que Costa Presidenta apunta más a satirizar la política o a reivindicar los valores argentinos?
Es un mix. Hacemos un homenaje a nuestra cultura popular, al tango, a Gardel, a nuestros folcloristas, a María Elena Walsh, una gran poeta quien la gente la tiene más identificada con la niñez, pero también fue una gran genia para gente grande. También hacemos sátira política, hay chistes políticos, pero no hay esto de “ah, el gobierno es una mierda”, porque ya demasiado la gente lo está pasando fatal en muchos aspectos, y encima, ir al teatro es un montón. Creo que sí no vas a ir un clásico- una tragedia, un Lorca o un Shakespeare, tenes que ir a pasarla bien. Esta propuesta es divertirse, reírse, y pasar un momento conmigo y con los 5 artistas que me acompañan.
¿Para vos el público es un actor más en la obra?
¡Claro! La obra crece. Siempre me preguntan, ¿cuánto dura? Y siempre digo, mirá, eso depende del público. Por guion, es más o menos una hora y media, pero cronometramos las funciones siempre porque si no nos vamos de tiempo… El sábado, en azul, duró 1 hora y 43 minutos, y el viernes en Saladillo duró 1 hora y 39 minutos, y la obra fue la misma. Pero bueno, a veces hay cosas fuera del libreto que aparecen y tenes que disfrutarlas, porque la gente que va al teatro en este momento está haciendo un acto de fe; paga por anticipado y no sabe qué va a ver. Entonces, lo que tenes que hacer es que la pasen muy bien.
¿Considerás al humor como un arma para combatir el panorama de incertidumbre política actual?
Y, por lo menos ayuda. Si te quedaron manguitos después de pagar las cuentas, decís y bueno, me quiero divertir un rato, durante esa hora y media o más. Eso es lo lindo también del teatro- me contaron que el de Cañuelas fue recuperado después de un tiempo cerrado. Entonces, la gente compra su entrada, elige su ropita que le quede cómoda, se pone su perfume, las señoras se maquillan y peinan, el caballero se pone una linda camisa, o los chicos más jóvenes su remera de salir… ¡Es como ir a una cita, y por eso hay que estar a la altura! La gente te eligió, y eso es una responsabilidad. El humor sirve para que esas tres horas que lleva la preparación y la vuelta a casa lo pasen bien. Con eso también nos ayudan a seguir, porque nosotros vivimos de la opinión del otro. Sí el otro no te aplaude o no se ríe, ¿qué mierda estás haciendo?
Hiciste muchos unipersonales en tu carrera teatral, ¿los preferís por encima de este tipo de superproducciones?
Mirá, hice muchos años el under porteño, y ahí trabajaba siempre con muchos artistas. Un día falto una, y… yo tenía 10 minutos mientras viajaba para el lugar, y en ese tiempo tuve que armar mi primer unipersonal. A partir de ahí me inaugure, el unipersonal es un lugar muy cómodo para mí. Yo hago, deshago, manejo los tiempos, se dónde va el aplauso, la risa, cuando llora la gente. Así como todo el esfuerzo es mío, también todo el reconocimiento es para mí. Entonces, es una tentación no hacerlo. Este espectáculo es el que debutamos en calle Corrientes en enero, y está bueno poder llevarlo de gira y poder mostrarme en otro lugar. Cuando debutó este show, un diario puso: “Costa, lista para un desafío mayor”, y yo me re ofendí. Porque digo, ¿¡qué quieren decir!? Pero, después entendí que ellos habían visto mi crecimiento, desde un unipersonal a protagonizar un music hall rodeada por otros artistas y nutrirme del talento de otros para poder laburar. Cuando lo entendí, le escribí al periodista y le agradecí. Siento que esta obra me permitió transitar otros lugares, y no estar todo el tiempo buscando el éxito de la risa y el aplauso. La gente se ríe como consecuencia de una construcción que haces con tus compañeros, y es una maravilla.
Por Camila Corrales