Atentado contra Cristina.
Hoy se decretó Feriado Nacional.
Hoy llegó el día menos esperado. Desde hace un tiempo se venía escuchando en voces de los más lúcidos políticos y comentaristas, que se tenía que bajar los decibeles de violencia y odio que se escuchan en los medios respecto al peronismo y al kirchnerismo en particular.
Leopoldo Moreau venía denunciando espionaje a la vicepresidenta de la Nación en su domicilio, un par de productores de TV que intentaron ingresar al Congreso armados, un delivery que pasó insultando y bajo de su bicicleta con una llave francesa para agredir a los militantes, violencia de la policía de la ciudad hacia los manifestantes; todo eso sumado a la violencia en los medios de comunicación y de algunos políticos irresponsables, como Lopez Murphy que dio a elegir ellos o nosotros, da como caldo de cultivo de hechos como el que se dio ayer a la noche.
El discurso de violencia y de odio de algunos políticos es tan irresponsable que surge el pensamiento de si lo de ayer era evitable.
Si bien en el código penal no existe el delito de magnicidio, a partir de ahora el Congreso debería estudiar su incorporación en el Código Penal. El brasilero-argentino Fernando Andre Sabag Montiel, llegado a la argentina a los 5 años de edad, vecino de La Paternal y simpatizante del neonazismo, atentó contra CFK, y sería un intento de homicidio simple podría tener una pena no mayor de 5 años y si se considera agravado no más de 12 años.
Se podría pensar que hay un manipulador detrás de todo. Siempre se maneja la hipótesis de que hay una mente más lúcida detrás de estos locos armados. Debemos erradicar de nuestra democracia el más mínimo atisbo de odio, así parezca inocente o pequeño. De pocas palabras surgen todas estas locuras. Para ejemplo las palabras de la diputada provincial, Amalia Granata que ironizó con este atentado diciendo que todo estuvo armado por el kirchnerismo para conseguir votos. Desde estas líneas planteamos nuestro más enérgico repudio al atentado contra la vicepresidenta de la Nación y a todo signo de violencia política. Basta de locura.