Acción Colectivo Teatral estrena la obra “53 Centavos” en Cañuelas.

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El colectivo de artistas presenta una adaptación de la obra “300 Millones”, del escritor argentino Roberto Arlt.  “53 Centavos” se estrena el 2 de noviembre a las 20.00hs en el Comedor Juan XXIII, en la calle Bransen y Belgrano de la ciudad de Cañuelas.

Por Martín Aleandro

Atención amantes del teatro de Cañuelas, Acción Colectivo Teatral presenta “53 Centavos” en el Comedor Juan XXIII de la calle Bransen al 590 de nuestro Distrito. Con más de 14  actores y actrices en escena, con la dirección general de Gema Tocino y la adaptación del texto de Roberto Arlt a cargo de Juan Manuel Rizzi, es una obra con gran despliegue sobre el escenario. En el papel protagónico las actrices Valeria Musumeci y Silvia Mac Gill. Las funciones serán los sábados 2, 9 y 16 de noviembre a las 20hs.

Se trata de una obra que nos interpela como sociedad y más allá de haber sido escrita a principios de siglo XX, hoy tiene mucha vigencia. Sofía es una trabajadora doméstica a la que le comunican en un plano onírico que va a heredar Trescientos Millones con 53 Centavos. A partir de acá comienzan una serie de periplos y enredos entre lo real y lo imaginario. La obra original explora la división entre el mundo astral, que representan los sueños de la sirvienta, y el mundo real en el cual vive. 

Cañuelas Ya tuvo la posibilidad de charlar con varios integrantes de Acción Colectivo Teatral:

¿Cómo se piensa en componer una obra partiendo de la improvisación colectiva?

Gema Tocino, directora del elenco nos dijo que: “personalmente no creo fórmulas estáticas, ni métodos estancos para formular una creación colectiva. Hay directores que generan un mecanismo y todas sus producciones transitan el mismo camino.  Nuestras obras siempre fueron diferentes. En el caso de “53 Centavos”, la obra comienza a nacer a partir del deseo colectivo de generar un hecho artístico, de contar una historia y de plasmar los cuerpos en escena. Sin deseo en el campo del trabajo colectivo nada funciona.  Luego comenzó un recorrido de búsqueda de material para llevar a delante un proyecto en común y ese material debía tener muchos personajes. En el texto de Roberto Arlt encontramos las características que buscábamos, y a su vez generamos una reescritura y un desdoblamiento de personajes para adaptarlo a nuestro equipo de trabajo”.

Claudio Pianelli nos dijo que: “la construcción de una obra no nace de una improvisación, acá difiero con mis compañeras, sino nace de una construcción colectiva. En este espacio nos encontramos y nos descubrimos desde la mirada y el cuerpo del otro. De todas esas miradas, como eje, van surgiendo posibilidades y se va ampliando la mirada, se va creando la obra pensando en el otro”. 

¿El texto de Roberto Arlt tenía todo esto que ustedes buscaban como colectivo de trabajo?

Gema continúa: “Si, como te venía diciendo. Por otro lado necesitábamos que el texto nos interpele poéticamente e ideológicamente, y a su vez pasarlo por el tamiz de la actualidad, para eso necesitamos reescribirlo y adaptarlo también en el plano lingüístico porque fue escrito a principios del siglo XX. Esta adaptación estuvo a cargo de Juan Manuel Rizzi pero fue un trabajo realizado dentro de la lógica del Colectivo, ya que todos participamos y hacíamos devoluciones. Las escenas propuestas por él las probábamos en el cuerpo, en escena e íbamos haciendo sugerencias e improvisando sobre lo planteado. Rizzi tomó esto como estímulo y fue haciendo la dramaturgia.  Es una obra que prioriza a los actores y su expresividad, que en definitiva es lo más importante del teatro”.

En la sociedad actual, donde el individualismo está siendo promovido. ¿Encuentran en la otredad una posibilidad de construcción donde prime el espacio colectivo como lugar común?

Graciela Chein respondió: “no tengo dudas que construir siempre es colectivo, y en todos los aspectos de la vida social, en una familia, en un equipo de estudio, en el arte, en el trabajo, en el barrio… en estos momento es el oxigeno necesario ante tanta mentira, tanta soledad, tanta destrucción, tanta violencia… construir colectivamente es la única manera de vivir”.

Paulina Salazar dijo que: “como es una obra donde la protagonista sueña, nos interpela porque todos podemos soñar y conectarnos con el deseo. Habitar el deseo nos hace estar en un estado de pasión. Mi deseo es que con esta obra que construimos de forma colectiva podamos armar un puente para transmitir nuestra pasión por el teatro y el trabajo colectivo. También generar ilusión para las generaciones venideras, eso me parece de suma importancia”.