17 de Octubre, el dia que tuvieron voz los descamisados.

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Por Evaristo: Hace más de 70 años se inscribía en la historia argentina un hecho memorable y trascendental para todos los argentinos y en especial para la clase trabajadora.

Los descamisados ya existían antes que el Coronel Perón y su esposa Eva Duarte los abrazara en la Plaza de Mayo aquel 17 de octubre de 1945.

La idea de que la historia popular de la Plaza de Mayo comenzó en 1945 forma parte de la memoria ideológica del peronismo y más en general de la política nacional. El pueblo o, más precisamente, la cultura popular, o de masas, también poseían una voz potente en la vida pública antes de la impronta peronista.

La Plaza  ya había sido ocupada por trabajadores mucho antes que ese día histórico, incluso con más cantidad de ellos.

Ya en 1899, los trabajadores llegan por millares a la Plaza de Mayo, y otro personaje, también les habla desde el balcón. Claro que estos hechos están en las antípodas de los hechos del ’45. En este caso, los trabajadores son empujados y obligados a ir a manifestarse por sus empleadores, so pena de perder el trabajo. Los empresarios le pedían al entonces presidente Roca, que impulsará leyes de protección a la incipiente industria nacional. La marcha de la Unión Industrial Argentina estaba destinada a subrayar este fenómeno, así como la centralidad de la manufactura.( Sobre este episodio, Roy Hora, “Trabajadores, protesta obrera y orden oligárquico. Argentina: 1880-1900”, Desarrollo Económico. Revista de Ciencias Sociales, 59:229 (2020), pp. 329-360.para proveer empleo y bienestar a una porción considerable de la población urbana).

El presidente Roca salió al balcón del primer piso, y desde allí se dirigió a los manifestantes. Casi medio siglo antes de que Perón hiciera de la alocución desde ese mismo lugar uno de los grandes rituales de la política nacional, otro militar, que para muchos simboliza la política sin pueblo, incursionó en este ejercicio. Ante las columnas obreras encabezadas por la dirigencia industrial, Roca se refirió a la importancia de la actividad manufacturera y al valor de la colaboración entre trabajo y capital. Sus palabras fueron recibidas con aplausos….obligados.

DIA DE LA LEALTAD!!!

 Así como que La Plaza, ya era de los trabajadores antes del ’45, también el Dio de la Lealtad tiene una fecha diferente al que muchos creen. El día de la Lealtad, en realidad no fue ese 17 de octubre sino un 11 de noviembre de 6 años después. ¿Dónde situar, entonces, la novedad y la relevancia del 17 de Octubre?  Expliquemos un poco el proceso.

Perón luego del primer trienio de su gobierno con una economía saludable y con haber cumplido con lo prometido en la campaña del ’45, se encuentra a partir del ’49 con una situación de ajuste debido a una cosecha flaca y ajustes fiscales imperiosos para sostener el tipo de cambio. Fue recién entonces, a partir de 1949, que Perón comenzó a sentirse lo suficientemente confiado como para acortar la rienda y corregir el rumbo. Y esto significaba que la mejora del bienestar popular ya no podía imponerse como la gran prioridad de la política pública. El mayor acicate para este giro era el estrangulamiento externo provocado por la caída de los saldos exportables que, para peor, en 1950 y 1951, se combinó con condiciones climáticas adversas y una caída de los términos de intercambio: menos carne y trigo para exportar, menos ingresos unitarios por esas ventas. La economía se estancaba, crecían los desequilibrios, y también la inflación. En esas circunstancias, el osado Miguel Miranda debió ceder el timón de la economía al más competente y más cauto Alfredo Gómez Morales. La revolución distributiva había llegado a su fin. Y Perón hizo saber a sus seguidores, de manera clara y elocuente, que se había acabado la fiesta, y los instó a poner fin a los años de “derroche”. Quienes protestaron contra el fin de los buenos tiempos también aprendieron que la dureza en el trato ya no estaba reservado para los opositores: las huelgas ferroviarias del verano de 1950-51 terminaron con cientos de obreros detenidos, muchos de los cuales pasaron varios meses en la cárcel.

De allí que, si ese día de elecciones tiene algún significado, tal vez sea éste: mucho más que el 17 de Octubre de 1945, el 11 de noviembre de 1951 fue el verdadero Día de la Lealtad. El momento en que Perón pudo confiar, ciegamente, en que la Plaza de Mayo siempre estaría allí para homenajearlo.

LOS QUERIDOS DESCAMISADOS.

“Masas trabajadoras” y “carneros”, “pueblo atrasado e ignorante” y también (y más importante) “descamisados”, eran los adjetivos que las familias patricias argentinas, el establishment y la prensa usaban para referirse a los trabajadores asalariados. La izquierda comunista, criticando que fueran detrás de un coronel, los trataba de lúmpenes.

«El malón peronista – con protección oficial y asesoramiento policial- que azotó al país, ha provocado rápidamente- por su gravedad- la exteriorización del repudio popular de todos los sectores de la República en millares de protestas… Se plantea así para nuestros militantes, una serie de tareas que para mayor claridad, hemos agrupado en dos rangos: higienización democrática y clarificación política. Es decir, por un lado, barrer con el peronismo y todo aquello que de alguna manera sea su expresión: por el otro, llevar adelante una campaña de esclarecimiento de los problemas nacionales, la forma de resolverlos y explicar ante las amplias masas de nuestro pueblo, más aún que lo hecho hasta hoy, lo que la demagogia peronista representa. En el primer orden, nuestros camaradas deben organizar y organizarse para la lucha contra el peronismo hasta su aniquilamiento. Corresponde aquí también señalar la gran tarea de limpiar las paredes y las calles de nuestras ciudades de las inmundas ‘pintadas’ peronistas. Que no quede barrio o pueblo sin organizar las brigadas de reorganización democrática. Nuestras mujeres…deben visitar las casas de familia, comercios, etc, reclamando la acción coordinada y unánime contra el peronismo y sus hordas. Perón es el enemigo número uno del pueblo argentino» Declaración del Partido Comunista, 21/10/45 92. Estas líneas retratan el pensamiento literal de la izquierda respecto al movimiento peronista.

Estas maneras de retratar la cultura política popular y su relación con las elites políticas no se inventaron en 1945. Ya en las huelgas y manifestaciones de los ’30, estas masas poco organizadas y mal representadas irrumpieron en la vida política y económica de la Argentina, de una manera tímida y siempre bajo la sombra de la represión.

Ahora bien, que fue lo que cambió entonces aquel 17 de octubre del ‘45, si todo ya estaba dicho? Los ingredientes parecen que son iguales y los hombres casi se asemejan en su proceder. Pero el rasgo característico que viene a dar importancia a ésta fecha es la toma de concientización de las masas obreras y su deber histórico en la construcción de la historia argentina. Hasta entonces era un rebaño arreado y una masa usada políticamente para defender intereses de otros sectores. La gran diferencia que logró el entonces Coronel Perón, es insuflar a esa masa amorfa y sin conciencia, un pensamiento crítico y la esperanza de poder proyectar su futuro, de poder participar con poder propio en el cambio y en la lucha por sus derechos. Por primera vez los trabajadores sintieron que pertenecían a esta nación. Por primera vez se plasmaron en ley los derechos y la defensa del trabajo. Por primera vez, el obrero, levantaba la vista y miraba de frente al patrón sin miedo. Es importante, entonces, recordar que los derechos que se lograron en aquel histórico octubre, siguen aún vigentes. Que la lucha de aquellos trabajadores no puede ser olvidada o solamente un rojo en el almanaque, Hoy más que nunca, esa lucha debe estar vigente y los derechos adquiridos defendidos contra los intereses de los que sienten que esa masa, desobediente, descamisada, e insolente, debe ser castigada por el osadía de querer una vida digna, un trabajo digno y…. de no bajar la mirada!!!